CASTILLO DE SAN FERNANDO DE FIGUERES

Localización: Pujada del Castell, s/n  17600 Figueres.                                                       
Cronología: Siglo XVIII
Tipología: Fortificación abaluartada
Proyecto: Juan Martín Zermeño
Estado: Buen estado de conservación.
Propiedad: Estatal
Modalidad gestión: Visita turística y actos culturales
Medios de contacto: www.lesfortalesescatalanes.info  T. 972 506 094

ANTECEDENTES

Una de las consecuencias de la llamada Guerra de los Treinta Años fue la variación de los límites orientales entre la monarquía francesa y la española. La nueva frontera, fruto del Tratado de los Pirineos (1659), retrocedía hacia el sur, dejando bajo la soberanía del rey de Francia los territorios catalanes situados al norte de la cordillera pirenaica y con ellos todo su sistema defensivo. Esta circunstancia convirtió al "Empordà" en un campo abierto de batalla durante toda la serie de conflictos que enfrentaron a las monarquías vecinas hasta entrado el siglo XVIII.

Por fin, y con casi cien años de retraso, se puso remedio a la situación llevando a la práctica el proyecto de levantar una fortaleza que no tan sólo fuese un obstáculo disuasorio, sino que diera también alojamiento a una división de maniobra -infantería, caballería y artillería- suficiente para detener o al menos dificultar los intentos de invasión del país. Este fue el motivo de la construcción de la Real Plaza de Guerra de San Fernando de Figueres que, siguiendo la costumbre de la época, recibió el nombre patronímico del monarca entonces reinante, Fernando VI de Borbón.

El acierto y la prudencia de aquel monarca singular y la competencia y honradez de quienes gozaron de su confianza, propiciaron una hábil política internacional que, como fruto, propició un insólito periodo de paz y prosperidad. Jamás la Real Hacienda se había visto en situación tal que le permitiese, sin quebranto, la realización de un proyecto cuyo resultado vino a ser la mayor fortaleza realizada jamás por la ingeniería militar española.

LA FORTALEZA DE SAN FERNANDO

Las obras fueron iniciadas el día 4 de septiembre del año 1753, siguiendo el proyecto realizado por el entonces Ingeniero Director del Principado, D. Juan Martín Zermeño. Para alzar sus grandes murallas y construir su increíble sistema defensivo exterior, se hizo preciso el trabajo diario de casi cuatro mil obreros a lo largo de trece años. Tras la muerte de Fernando VI en 1759 las obras perdieron impulso, la finalización de los edificios interiores se prolongó casi cuarenta años y algunos de ellos no llegaron a concluirse. Hasta 1792 no le fue asignada guarnición.

El llamado Castillo de San Fernando de Figueres o Castell de Sant Ferran como se le conoce en el país, ocupa una superficie de 320.000 m2  -550.000 si se incluye el espacio de sus glacis- Cuenta con un perímetro exterior medido sobre el parapeto del camino cubierto, de 3.125 m, y uno interior medido sobre el cordón de la muralla de 2.100 m. Estas dimensiones colosales le convierten en el monumento más extenso de Cataluña y la mayor fortaleza abaluartada de Europa.

Entre el camino cubierto, dotado de traveses y amplias plazas de armas, y la propia muralla de la fortaleza, se extiende el foso que, con una superficie próxima a las 10 ha, da cabida a las obras defensivas exteriores. Estas obras, conservadas intactas y en su totalidad, son: un gran hornabeque principal y otros dos menores, dos contraguardias, siete revellines de diversos tamaños y cinco galerías de contramina. Los terraplenes de las distintas obras dan cabida hasta un total de ochenta y nueve casamatas, además de ocho cisternas con una capacidad conjunta de 1.200 m3.

El recinto interior lo forman cinco baluartes de diferente tamaño y una plataforma con orejones, unidos todos por sus respectivas cortinas en cuyo espesor se encuentran ubicadas hasta un total de noventa y tres casamatas de alojamiento y servicios. A nivel del foso del frente este se encuentran las caballerizas, impresionante nave de doble crujía y perfecta factura, capaces en su día de albergar tres escuadrones de caballería -450-. El espacio interior del recinto lo ocupan nueve grandes edificios destinados, en su mayor parte, al alojamiento de mandos y oficiales con sus familias y el resto a servicios, como arsenal, panadería, hospital, iglesia, etc.

Finalmente, bajo el Patio de Armas, de 12.000 m2 de superficie, se ubica la reserva principal de agua potable de la fortaleza. Esta maravilla de la ingeniería hidráulica discurre a una profundidad de 8 m. bajo la superficie. Consta de un circuito de llenado conectado a un acueducto exterior, cuatro grandes aljibes de almacenamiento con una capacidad conjunta de 9.000 m3 y un sistema de vaciado a prueba de sabotajes.

Los baluartes y la plataforma del frente este dan cabida a tres grandes polvorines. En las troneras podían ser montados hasta 230 cañones, y contaba con emplazamientos para morteros y obuses. La guarnición precisa la defensa de la fortaleza y operar sobre el territorio se cifraba en cuatro mil hombres, cómodamente alojados y con posibilidad de almacenar suministros para soportar un año de asedio.

HISTORIAL BÉLICO

La fortaleza de San Fernando posiblemente no se hubiese concluido jamás de no producirse la llamada Guerra de la Convención (1793-1795) con motivo de la cual se finalizaron parte de los edificios interiores y se la pudo dotar de guarnición. El desafortunado papel de San Fernando en dicho conflicto, tras su polémica capitulación en 1794, la valió por parte del ejército francés el apelativo de Belle Inutile, origen de la inmerecida "leyenda negra" que ha llegado hasta nuestros días.

Durante la Guerra de la Independencia (1808-1814) y al igual que otras plazas fuertes catalanas, San Fernando fue ocupado por las tropas napoleónicas. En abril de 1811, es recuperado por las tropas de la Junta Superior del Principado mediante un audaz golpe de mano digno del mejor film de aventuras. Para desalojarlas, el ejército imperial procedió a realizar el que será único asedio formal y en regla en la historia de la fortaleza y que se prolongó a lo largo de cuatro meses.

En 1823, durante la Primera Guerra Civil, fue ocupado de nuevo por las tropas francesas de la Santa Alianza –esta vez en nombre de Fernando VII- Durante el resto del siglo XIX sufrió otros dos bloqueos, para seguir luego los acontecimientos políticos y sociales del país desde su papel de pequeña guarnición de provincia. En un plano estrictamente anecdótico, es obligada la referencia al servicio militar, en 1925, de un recluta famoso: Salvador Dalí.

En los últimos momentos de la Guerra Civil Española en Cataluña, San Fernando fue sede del Gobierno de la República. El 1 febrero de 1939 tuvo lugar en la fortaleza la última reunión en territorio español de las Cortes Republicanas. Finalizado el conflicto fue utilizado como gran acuartelamiento hasta la década de 1960 y posteriormente como prisión militar, cuyos últimos reclusos fueron algunos de los responsables del intento de golpe de estado del 23 de febrero de 1981.  Tras largos años de debate sobre su reutilización, en julio de 1997 se procedió a su apertura a la visita pública.

SITUACIÓN ADMINISTRATIVA

En la actualidad San Fernando de Figueres, declarada Bien Cultural de Interés Nacional, es la única fortaleza de Cataluña propiedad del Estado Español. En el año 2005, la gestión de la mayor parte de sus espacios fue transferida al entonces recién creado Consorcio del Castillo de San Fernando, ente de derecho civil constituido por el Ministerio de Defensa, la Generalitat de Catalunya, y el Ayuntamiento de la Ciudad.